lunes, 31 de marzo de 2014

Un Castillo de Naipes

Es para preservar el ideal de una monarquía constitucional que le exigió su abdicación.
No, no son las palabras  que el difunto Suarez dirigió a Juan Carlos cuando este le exigió dimitir. Es lo que, en la ficcion de la serie House of Cards, Castillo de Naipes, el primer ministro Francis Urquhart, en la serie de gran éxito en los 90 en el Reino Unido, exigió a su rey cuando metió las narices en la política y desafió al propio primer ministro, el cual se vio obligado a convocar unas elecciones buscando el favor de su pueblo y una vez que lo obtuvo no dudo en enfrentarse al mismísimo rey, que ya no contaba con el favor de su pueblo. Sin otro fin que salvar la monarquía de una persona incapaz para ejercer el cargo.

-Usted representa una familia de inutiles totalmente desacreditados y en breve no representara ni eso. No representara nada, no sera nada.
-Bueno, eso ya lo veremos. He pasado toda mi vida preparandome para ser Rey.
-No siento ningun remordimiento, senor. Usted intento destruirme.
-No, no queria destruirle a usted. Pero es que usted queria acabar con la monarquia.
- De ninguna manera, senor!. Usted no entiende lo que le estoy diciendo. No tengo ningun deseo de destruirla. Mi deseo es acabar con usted, no con la monaraquia. Mi familia vino desde Escocia hasta aqui junto con Jacobo I coronado en 1567. Nosotros fuimos los defensores del trono ingles antes de que nadie conociese a su familia siquiera (los Windor o Saxe-Coburg und Gotha vinieron de Alemania en 1917). Es para preservar el ideal de una monarquia constitucional que le exigo su abdicacion.

Salvando las distancias entre los dos regimenes, el interes esta en mostrar la diferencia de un sistema como el ingles que aun siendo monarquico esta basado en las tradiciones, a otro como el espanol basado simplemente en meros arribistas y traidores a todo principio. Con un sistema construido en base a tradiciones y valores dignos, las personas mas aptas triunfan y los inutiles caen por su propio peso. No es necesario tener personas incorruptibles, casi angelicales, simplemente un buen sistema que permita controlar el poder y represente a los electores.

Esta claro que esperar de Suarez un poco de valor en el momento en que los tenientes generales del rey lo obligaron a dimitir era mucho pedir de un simple adulador. Al igual que esperar un poco de fidelidad a la institucion de la monarquia a alguien que le quito los derechos dinasticos a su padre y acepto el nombramiento de un dictador y la legitimidad del golpe del 18 de Julio jurando sobre los principios del Movimiento Nacional. A este duo de traidores se le junto el protegido de la policia franquista Isidoro, que cambio su cazadora de cuero por los trajes tan pronto como los maletines de Billy Brandt pagaron los servicios por el prestados a la socialdemocracia alemana. Tambien se junto Santiago Carrillo, quien quizas por miedo a su pasado de Paracuellos renego de todo principio e ideal para jurar bandera y pasar por la ventanilla de Suarez, dejando en la cuneta 40 anos de lucha antifranquista, ademas de muchos muertos.

Despues de esta traicion de la izquierda, que carecia de ideales y principios Espana quedo a la deriva y se vendio todo lo vendible para ser homologado por las oligarquias continentales, y formar parte de la UE, de la que naceria una orgia de credito barato, un espejismo de bonanza que afianzaria al Regimen hasta que la gran recesion y una esperpento de caceria de elefantes nos mostro que el Rey esta desnudo.

Aunqaue se intento recuperar, el New York Times, que publico su fortuna y no fue desmentido por la triste y servil prensa nacional, tambien publico la declaracion